Segundo dia en el hielo: hoy caminaremos hacia el sur hasta el lugar conocido como Circo de los Altares, desde donde hay una vista amplia sobre el macizo del Fitz Roy.
Ahora el hielo está cubierto por una capa gruesa de nieve algo húmeda. Por esa razón hoy cambiamos los grampones por raquetas que, además, comprimen la nieve y pueden llegar a evitarnos meter el pie en alguna grieta.
Del tiempo, mejor no hablar ...
El grupo se compone de un guía, un(a) ayudante y cuatro soldados.
Como las grietas están ahora tapadas por la nieve, en este tramo caminaremos encordados.
Nos armamos en dos cordadas de tres. Cada cordada lleva un trineo donde viaja buena parte de la carga, de modo que caminamos bastante aliviados.
El tiempo, muy malo. Viento, frio y nieve. Estamos algo preocupados porque de seguir el tiempo así habremos pasado por el Circo de los Altares sin ver gran cosa.
Hoy tenemos que recorrer una buena distancia así que el almuerzo será algo de a pié bajo la nieve y a caminar para tratar de acampar lo más temprano posible.
A medida que avanzamos hay más y mayores grietas, al punto que llevó bastante tiempo encontrar un sitio firme en donde acampar. Esto se debe a que el Circo de los Altares es un lugar donde las montañas aportan mucho hielo el que, a su vez, empieza ahora a correr hacia el sur, rumbo al glaciar Viedma.
Ahora se supone que estamos frente al Circo, a pesar de que el tiempo, que sigue malo, no deja ver gran cosa.
Para acampar, misma rutina: cortar panes de nieve dura con las palas, armar la pared, rellenar con nieve blanda los huecos entre los bloques y luego armar las carpas utilizando los grampones y las raquetas como estacas. Luego una merienda y a cocinar antes de que sea de noche.
La vida en la carpa es "húmeda" por decirlo de algún modo: el piso está permanentemente mojado debido a la condensación así que hay que andar con cuidado para mantener la bolsa de dormir encima del aislante y así evitar que se moje.
Las medias gruesas no se alcanzan a secar jamás. Si uno quiere tener guantes o alguna ropa secos por la mañana, la mejor solución es dormir con ellos dentro de la bolsa de modo que se sequen con el calor del cuerpo.
Como el terreno aquí está tan agrietado, ir al toilette requiere andar con mucho ojo, como lo aprendió mi compañero de carpa que debió ser auxiliado durante la noche porque, mientras estaba en esos trámites, quedó medio metido en una grieta oculta por la nieve.
A la mañana siguiente nos ponemos la ropa mojada, desayunamos y en marcha. El tiempo sigue frio y nublado.
Aquí se pueden ver las grietas bastante disimuladas por la nieve.
Con los trineos cargados y las cordadas organizadas, nos preparamos para otra jornada de marcha que nos debería llevar a la morrena lateral del glaciar Viedma, desde donde iniciaremos nuestra salida del hielo.
Y cuando ya nos resignábamos a irnos de ahí sin haber podido avistar el Circo de los Glaciares, entonces el tiempo se abrió, se levantaron las nubes y pudimos tener una vista grandiosa:
Glaciares por todas partes ...
... todos fluyendo hacia el centro del Circo. La traza de cascajos que se puede ver en el piso, hacia el centro de esta foto, muestra claramente cómo fluye el hielo. Aquí estamos al oeste del cerro Torre y al sudoeste del Fitz Roy.
La escala de los glaciares es difícil de apreciar. Esta es una de las razones para ir ahí a darse una vuelta.
Unas fotos más y en marcha antes de que el tiempo empeore aún más.
Ahora nuestro objetivo es la punta que se ve adelante en la foto. Desde ahí hacia la izquierda, es decir hacia el este, fluye el glaciar Viedma.
Parte del truco de caminar en el hielo consiste en estar atento y no dejar demasiada cuerda suelta de modo que, si el trineo o algún compañero de cordada fuera a caer en una grieta, el tirón no sea muy fuerte.
El cordón montañoso que se ve al fondo en la foto de abajo, hacia el sur, es el otro lado del glaciar Viedma. Hacia la derecha, no visible en la foto, está el Nunatak(*) Viedma. Más allá del cordón de montañas continúa el hielo hacia la naciente del glaciar Upsala y más allá.
En este punto quizás valga la pena orientarse dándole un nuevo vistazo al mapa.
(*) "Nunatak" es el extraño nombre que se da a una roca que emerge en medio de un glaciar.
A medida que avanzamos hacia la naciente del Viedma las grietas se vuelven mayores y más abundantes. Entonces cambiamos las raquetas por grampones y la marcha se hizo algo más lenta debido a la necesidad de rodear las grietas.
El tiempo, fatal. Acá estamos en un alto en que paró de nevar y entonces aprovechamos para almorzar sin detenernos mucho, ya que la presión seguía bajando de modo que había interés en acampar cuanto antes.
Y por fin llegamos a la morrena del Viedma. A partir de aquí seguimos hacia el este, paralelamente al glaciar caminando por tierra firme, así que ¡adiós a los trineos!
Así se acaba la etapa de caminata sobre el hielo. De ahora en adelante nos queda salir del valle del Viedma para lo cual tendremos que subir al Paso del Viento, pero eso es otra historia.
