El relato de mi compañero de asiento

Agosto de 2012

Justo antes de la cena el micro paró en la ruta, en el cruce del pueblo de 9 de Julio. Ahí, al costado del camino, había un par de autos, no muy nuevos, y un grupo bastante numeroso de gente de tres generaciones. Todos despedían a un señor como de mi edad, que viene a ser como la primera de las tres generaciones, que subió al micro y que resultó ser mi compañero de asiento.

A mí me llamó la atención la efusión y el cariño con que todos se despedían de mi compañero, al que siguieron saludando, grandes y chicos, desde ahí abajo hasta que el micro arrancó. Así que cuando mi compañero de asiento se acomodó, le hice un comentario sobre la cuestión de lo que me pareció una "master-despedida" Y entonces esto es más o menos lo que me relató:

"Hace unos 35 años sucedió que mi hermano menor, que vivía con mis padres en un lugar no lejos de Zapala, se fue para Comodoro Rivadavia a hacer el servicio militar. Durante ese año nunca nos escribió ni se comunicó con ninguno de nosotros ni regresó de visita a Zapala. Pero cuando pasó su año de servicio seguimos sin tener ninguna noticia de él.
Como mi hermano se llevaba muy mal con mi viejo y que cuando se fue a Comodoro estaban muy peleados, al principio no nos asombró que ya no quisiera volver a casa ni hablar con nadie, pero el tiempo pasó y la que más sufrió por eso fué mi mamá.

Con el correr del tiempo todo fue quedando igual y así fueron muriendo mis padres sin que supiéramos nada de lo que le pudiera haber sucedido a mi hermano. Y la cosa quedó ahí hasta que, hace unos 10 años, me decidí a contarle la historia a una mujer que había sido vecina nuestra y que había conocido a mi hermano. Y entonces ella me dijo que iba a averiguar, pero que creía que estaba vivo y que podía saber en donde estaba.

Y así fue como terminé sabiendo que mi hermano se había casado, que tenía una familia y que vivía cerca de 9 de Julio. Entonces lo pensé mucho pero al final le escribí sin saber si me iba a contestar. Pero me respondió, así que al poco tiempo lo fui a visitar y así fue como nos reencontramos y desde entonces yo no dejo pasar un año sin ahorrar unos pesos y guardar vacaciones para ir a verlos. Él todavía no volvió a Zapala pero estoy esperando jubilarme el año que viene y ahí quien sabe ..."

Bueno, esa es la historia. Mi compañero trabaja en una institución social de Neuquén y forma parte de un equipo de atención médica primaria que recorre una extensa región desde Zapala hacia el oeste y visita a una cantidad de gente que vive en fincas y comunidades pequeñas y algunas muy aisladas. Quien sabe si un dia de estos a mí se me dá por ir a esquiar a Primeros Pinos y me rompo la cabeza contra algo (uno de los primeros pinos, naturalmente). Entonces quizás mi compañero de asiento venga a hacerme alguna reparación, si es que aún no se ha jubilado, en cuyo caso quien sabe que será de mí.