Lucerna

Mayo de 1972: una foto no es un recuerdo, pero muchas veces lo convoca.

Casi 50 años más tarde todo sigue en su lugar, el puente, el restaurant "zu Pfistern" y todo el resto. Sólo nosotros ...

Lucerna se encuentra en el desagüe del lago de los Cuatro Cantones y a lo largo del rio, el Reuss, que en otras épocas movía los molinos y aún hoy da algo de electricidad!

Lo que sigue es un "hilo" de fotos sin mucho orden y sin mayores comentarios.

Esta es la rivera norte del lago.

Este es el centro de la ciudad.

El puente original del siglo 14, conocido como el "Kapellbrücke" se quemó casi completamente en 1993.

Al norte de la ciudad antigua el terreno sube hasta unas antiguas fortificaciones rodeadas de parques.

Aquellos que se interesan por los modernistas y los impresionistas harían bien en no dejar de visitar la Colección Rosengart. Mucha gente va por Picasso, que está muy bien representado, pero yo pasé más bien un par de horas muy emotivas viendo una entrañable colección de Paul Klee . Muy recomendable!

Este león (moribundo) conmemora la fidelidad de varios cientos de mercenarios de la Guardia Suiza que defendían el palacio de las Tullerías durante la Revolución y que fueron mandados a otra vida por el pueblo de París. Mark Twain hizo, no sin ironía creo yo, algún comentario sobre este monumento. Hoy el león es un ícono de Lucerna y todos los turistas asiáticos lo visitan.

En la muy cuidada iglesia jesuita se recuerda al P. Martin Schmid, cuya improbable trayectoria de vida une a Lucerna con Bolivia.

El P. Schmid viajó a Bolivia en 1730, en donde ejerció como misionero, músico y arquitecto y volvió a Suiza 37 años después para contarlo. Un grande ¿no?
Sorprendente que partiera para Bolivia a los 36 años de edad, que en ese siglo era una edad bastante considerable. ¿Qué lo puede haber impulsado?

El Museo de Bellas Artes de Zürich vale la pena! Una horita de tren desde Lucerna y un rato a pié. Lo que ahí se puede ver está bien contado en la página del Museo. (Si lo visita un miércoles, la entrada a la colección es gratis)

El Museo es interesante no sólo por sus colecciones sino también por el hermoso marco decorativo. Por eso aquí va un recorrido por algunas de sus salas.

Este es el "Portrait de Monsieur X" del Douanier Rousseau. Aquellos de mi familia que se sientan representados me lo harán saber. Y será sólo una prueba de sinceridad, porque en el fondo no se salva nadie.

Zürich es la ciudad más burguesa que conozco!. Los comercios más lujosos viven detrás de esas fachadas estudiadamente banales. Al revés que Ginebra o Paris.

Después de varias horas en el museo, un buen almuerzo y una caminata en el aire fresco hasta la estación.

Camino a la estación por aquí sube uno al "Lindenhof", desde donde hay vistas interesantes sobre el rio y la ciudad vieja, a saber:

... y hasta luego Zürich. Un ratito de tren y a cenar temprano en Lucerna.

En la primavera de 1980, ya más numerosos, volvimos a visitar Lucerna ...

... y aquí estamos en el Museo de Transportes, o "Verkehrshaus".

En Suiza los ferrocarriles no son algo que se toma a la ligera. Durante el siglo 20 los suizos contribuyeron mucho al desarrollo de la tracción eléctrica

En el Museo se exponen varias locomotoras de distintas generaciones, todas muy bien restauradas

En la primera mitad del siglo se experimentaron muchas soluciones eléctricas y mecánicas: distintas tensiones y frecuencias de red, distintos emplazamientos de los motores ...

... y distintas soluciones mecánicas que permitieran por ejemplo montar los motores en el chassis y permitir el desplazamiento de las ruedas en las curvas.

Brown Boveri, hoy ABB, fue un actor importante de esa etapa.

Algunas soluciones son sorprendentes ...

... y muchas de ellas son adaptaciones de la tracción a vapor.

Et c'est tout / Und das ist alles / E questo è tutto. El show se cierra con esta foto que resume dos pasiones locales: la tracción eléctrica sobre rieles y el chocolate, ambas bien representadas en este Museo.